La voz de la tierra
Escuchamos el choque de las rocas
con las olas danzantes,
el lagrimear de la lluvia
y el cantar de un chincol, un colibrí o cualquier ave mensajera.
Escuchamos las voces
de quienes nos lideran, enseñan,
y las hojas secas del otoño también en primavera,
secas se vuelven de tanta espera.
Yedra la tierra,
esperanzada en ser escuchada
como sus demás compañeras,
grita insistente:
“Agua quiero,
distribuida de justa manera
que mis secretos les importen
solo por existir en este planeta…”
El viento avivado por las copas de los árboles, le responde:
“¿Qué esperas amada compañera,
si les diste todo tu poder
cuando solo para explotarte te miraban con cautela?”
“Me duele el lomo”, dice ella.
“Maravillosa Madre Tierra, tu suelo es también composición nuestra…
si tú quisieras
podemos alivianar
esta injusta experiencia.
Veinticinco por ciento de agua,
veinticinco por ciento de aire,
y lo demás, han de ser tus virtuosos minerales,
que dulcemente compartes…
Si tan solo el viento soplara fuerte
y a su vaivén dejamos a quienes
no valoran el centro que les otorgas…
Y el canto de los árboles
acechara a quienes
no comprenden tu lenguaje…
Y el fuego irreverente,
con una limpieza profunda,
reseteara el dolor causado…”
“Gracias por esta propuesta.”
Exclama la madre tierra.
“Si la aceptara,
mi muerte sería inminente.
El valor del presente
yace en mi experiencia,
que es por cierto,
una historia trascendente.
Campesinas y campesinos,
jardineras y jardineros,
curanderas y curanderos,
pueblos ancestrales acechados
me han contado
sobre aquello que me ofreces…
Marginales NOS DEFIENDEN,
¿Cómo podría yo, quitarles el poder
de danzar nuestra canción?
Son de nuestra tribu,
y les que no lo entienden,
les llaman “Sin voz”…
Inocentes regalan su voz,
y para aquelles espectadores,
amenazades por lo desconocido,
el exterminio es la opción.
Gracias querido viento
por aliviarme nuevamente este peso.
Esta nueva canción,
es una nueva vuelta a la luna y el sol.”
En la aurora,
aquellas y aquellos se despiertan,
por la noche a veces también se levantan,
para sentirnos cuando nadie de nadie espera.
La orquesta se prepara,
el coro sin voz se levanta,
vive en la historia y luego
el testimonio es lo que nos queda,
este ritual solo queda en la experiencia.
Les propongo a los elementos de la tierra resguardarlos.
Para que un día,
ese sonido del alma
llegue como un salto cuántico
a cualquiera que suelte el látigo,
mire sus piernas,
dance con las hojas de los árboles
y el cantar de las mariposas, sienta.
Ese día es hoy.
Magia sucede cuando se empieza.
By Epifanía, in collaboration with Alice Albinia, Valentía Infante, Tito Infante and Hilanderas.
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Somos personas en constante metamorfosis, la capacidad humana nos permite sobrevivir a
cualquier adversidad, sin embargo, ¿cuándo empezamos realmente a vivir?
Creemos que las voces trascienden fronteras, por ello nuestro objetivo es ampliar las
experiencias y herramientas personales a través de la exploración de la voz.
Existen profundos vínculos entre la subordinación de la mujer y la explotación de la tierra.
Una de las formas en que trabajamos para resignificar y transformar este vínculo es a través
de la experimentación con la propia voz.
Todas las historias tienen voz y merecen ser escuchadas.
La tierra y las mujeres tienen raíces,
La tierra y las mujeres tienen úteros,
La tierra y las mujeres tienen voz.
Este poema es parte del proyecto Suelo,en colaboración con Alice Albinia y Tito Infante, que
propone darle voz a la tierra y a las mujeres.
https://www.alicealbinia.co.uk/suelo
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We are people in constant metamorphosis, human capacity allows us to survive any
adversity, however, when do we really begin to live?
We believe that voices transcend borders, therefore our aim is to expand personal
experiences and tools through the exploration of the voice.
There are deep links between women’s subordination and the exploitation of land. One of
the ways we work to re-signify and transform this bond is through experimentation with one’s
own voice.
Every story has a voice and is worthy of being heard.
Earth and women have roots,
Earth and women have wombs,
Earth and women have voice.
This poem is part of the Suelo project, in collaboration with Alice Albinia and Tito Infante,
which aims to give voice to the land and to women.
https://www.alicealbinia.co.uk/suelo